lunes, 16 de abril de 2012

                              El poder de las redes sociales

Como ya he adelantado en entradas previas, vivimos en nuevo mundo caracterizado por su total inmersión en la red.  Nos encontramos interconectados en todo momento, no hay información que pueda no estar al alcance de nuestras manos, se dé en el lugar en el que se dé, no hay límites. Claro está que, ante un panorama como este, las redes sociales juegan el papel principal, pues es en estas plataformas, donde los ciudadanos recogen gran parte de esa información. Tal es la importancia de esto, que este nuevo "periodismo ciudadano" ha comenzado a mostrar primacía sobre los medios tradicionales, tales como la televisión, la radio o el periódico que, en muchas ocasiones, se sirven también, de la información que circula por la web para elaborar sus noticias.
Las redes sociales tienen algo que los demás medios no poseen: total inmediatez y capacidad de llegar a gran parte del público al que se dirigen. Estamos expuestos a todo lo que circula libremente por ellas, incluso aunque no sea  nuestra intención. ¿Cuántas veces nos hemos topado con una noticia gracias al retweet de un conocido? La libertad con que las noticias circulan por la red es impresionante, tanto como su repercusión.
Un ejemplo de ello, el reciente accidente del rey de España, durante una de sus jornadas de caza en Botsuana, África. Lo sucedido ha corrido como la pólvora, levantando ampollas en miles de usuarios que no han dudado en mostrar su desagrado ante el comportamiento del monarca.
El campo de extensión al que puede llegar una información es prácticamente ilimitado.

Pero fue durante revueltas sociales como el 15M, Ocuppy Wall Street o la Primavera Árabe, donde las redes sociales jugaron un papel primordial, sirviendo como medio de difusión de los principios de cada una de ellas, dándose a conocer de forma global entre los usuarios. Gozan de gran poder, pero en muchos casos, no serían nada sin un buen equipo de periodistas que confirmen y aporten luz a los hechos puestos en circulación. El periodismo tradicional no puede ser sustituido por el ciudadano, sino complementarse, trabajar juntos para llevar la mejor información posible a la ciudadanía.

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